20. Vencer


Hablemos, en primer lugar, del punto de partida con el pie izquierdo que sorprende, hasta el punto que algunos lo suprimen o lo escamotean. Por esta razón la cuestión le fue planteada al Maestro y parece ser que como respuesta hizo este simple argumento: ”¿No se dice izquierda-derecha, izquierda-derecha para los ritmos de las marchas deportivas o militares?”.

Las dos corrientes participan juntas en la manifestación del Creador; es importante tomar en consideración el poder específico del lado izquierdo. En el Árbol de la Vida, la séfira Gebourah, séfira de la fuerza a la que está ligado el planeta Marte, se encuentra sobre el pilar izquierdo. Y los faraones que trabajaban mucho con el poder de la voluntad, están esculpidos con el pie izquierdo delante.

En la Paneuritmia, sólo dos ejercicios empiezan con el pie izquierdo y los dos son varoniles y trabajan la voluntad. Recordad: “Liberación” señala el momento en el desarrollo de nuestra vida psíquica en el que, después de un trabajo de criba, de elección, de apertura a lo nuevo, podemos utilizar la fuerza de la voluntad para cortar los lazos que nos ataban a la vida limitada del pasado.

“Vencer” expresa, pues, una nueva etapa, otra liberación, aquella que proviene de la maestría adquirida sobre sí mismo, en los tres dominios de pensamiento, de sentimiento y de los actos. Una imagen lo expresa: el discípulo se ha convertido en un buen conductor de su “troika”. Domina y dirige a su conveniencia sus tres caballos: intelecto, corazón y voluntad, que galopan juntos en la misma dirección.

Para comprender mejor el carácter de “Vencer” me gusta compararlo con “Evera”. “Evera”, movimiento amplio de brazos, movimiento fluido de todo el cuerpo, girando a derecha, a izquierda, abandonado a las corrientes cósmicas, niño en los brazos de la Madre Divina… En ”Vencer” el cuerpo siempre orientado hacia delante indica el despertar de la conciencia, una voluntad determinada y la firmeza en los principios. El control de sí se expresa por el movimiento de brazos preciso, medido, trabajo efectuado o con las fuerzas de la sabiduría (brazo derecho), y es por ellas con las que se comienza, o con las del amor (brazo izquierdo). Intelecto y corazón están en perfecta armonía, como lo expresan las dos manos que se lanzan juntas adelante y en alto. Ahora bien, es justamente a medida que el discípulo ha alcanzado el control interior cuando le son dadas las posibilidades de utilizar a voluntad las corrientes de Amor y de Sabiduría en las cuales “vivimos y tenemos nuestra existencia”. Dueño de su naturaleza inferior, se convierte en un obrero que colabora conscientemente en la creación de la “Nueva Tierra”.

“Vencer” es el hombre llegado a la madurez que avanza en la vida como un hijo de Dios, manipulando juiciosamente los poderes cósmicos para triunfar de los obstáculos que surgen en su camino. Su paso está impregnado de nobleza y firmeza, pero los gestos de sus brazos permanecen flexibles y ligeros, ya que el verdadero poder se expresa en la dulzura.