4. Ascensión


Con este movimiento abordamos una ley esencial, la de la polarización, que es la ley de la manifestación: los dos principios masculino y femenino, el espíritu y la materia, el bien y el mal, el amor y el odio, el día y la noche, etc. Que lo queramos o no, estamos sometidos a ella, es la ley de la vida sobre la Tierra.

La maravilla de la Enseñanza es revelarnos la filosofía de la unidad, de donde deriva la reconciliación del bien y del mal. Como nuestras dos manos, aparentemente opuestas, que obedecen a nuestra propia y única voluntad, estas fuerzas, consideradas generalmente como antagonistas, nos son presentadas como complementarias, enganchadas a la rueda de la vida y haciéndola girar.

El cuarto movimiento de la Paneuritmia expresa exactamente esta idea. El brazo derecho, (simbólicamente el bien), baja, el izquierdo, (el mal) se eleva… ¡pero damos un paso adelante; siempre seguimos avanzando…! No nos paramos, no retrocedemos, avanzamos…O, si queréis, nadamos en el océano de la vida, unas veces con el brazo derecho, y otras con el brazo izquierdo. El éxito y la alegría nos estimulan, pero el fracaso, el desaliento y la pena también, porque contienen grandes energías que podemos aprender a utilizar positivamente. ¡La riqueza nos ofrece múltiples posibilidades, pero también la pobreza nos impulsa a trabajar! Para aquél que consigue considerar el mal como la raíces del bien, todo cambia.

El sentido de este movimiento es fundamental: requiere ser profundizado con la meditación. Dada su importancia y dado que su duración es tan corta dentro de la Paneuritmia, el pensamiento debe poder adaptarse instantáneamente. Tengamos en cuenta que el movimiento en línea recta de los brazos, relacionado pues con la sabiduría, indica que es sobre todo con el trabajo del pensamiento, de la comprensión, como podemos armonizarnos con esta concepción tan nueva. Por otra parte, hay que tener en cuenta la complementariedad de los contrarios en los tres mundos, mental, astral, físico, donde ella se manifiesta. Ahora bien, nuestras manos también atraviesan sucesivamente los tres planos simbólicos del espacio.

Habrá altibajos en nuestro enfoque de la nueva vida. Hay que contar con ello, incluso prepararse, como en verano uno se aprovisiona para el invierno. Aceptar las dificultades y las pruebas no significa que uno deba adoptar una actitud fatalista Al contrario, uno acepta trabajar con ellas con el fin de construir un futuro mejor. Esto exige no solamente conocimientos y voluntad, sino también determinación y un ideal elevado: eso es lo que expresa el cuarto movimiento.