Taller de SURYA YOGA (yoga solar)
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Surya yoga es uno de los ejercicios básicos de la Enseñanza.
A través del Sol nos conectamos con el Río de Vida que viene hasta nosotros desde el Trono del Altísimo. Y esta corriente de Vida nos santifica, nos ilumina, nos purifica, nos armoniza, nos lava, nos vivifica…
Dios mismo nos mira a través del Sol con una mirada de amor que nos transforma y nos resucita cuando nos abrimos a ella conscientemente, con amor y gratitud, con una vida intensa.
El Sol es el Centro del mundo físico, y el punto de conexión con los mundos espiritual y divino. Y en él vive nuestro Yo superior.
El Sol es el Modelo de la Vida nueva que va a abrirse paso con ímpetu y con esplendor en esta nueva era que ya está alboreando.
El Maestro Omraam Mihkhaël Aïvanhov es un ser solar, un enamorado del Sol. Y nos habló de él con una sabiduría, un amor y una fuerza extraordinarios.
Llegó a decir, incluso:
“Yo soy solamente un poste indicador que os señala el camino hacia el Sol”…
Pero es mejor impregnarnos de las enseñanzas que el Maestro Omraam nos ha dejado sobre el Sol leyendo directamente sus conferencias (ver Conferencias Surya yoga).
En los talleres de trabajo, profundizamos teórica y prácticamente Surya yoga, en un lugar consagrado y en un ambiente especial que ayudan a llevar a cabo este trabajo sutil.
Preparamos la salida del Sol desde el día anterior (procurando vivirlo con pureza y armonía) y, antes de acostarnos, hacemos una “lectura mágica”, que es una lectura no mecánica, sino consciente y llena de amor, una lectura viva (ver en Sección Publicaciones: Para hacer una “lectura mágica”) de alguna de las conferencias que el Maestro nos ha dejado sobre el Sol. Ésta es la parte teórica.
Y, al día siguiente, llevamos a cabo la aplicación práctica, asistiendo a la salida del Sol, meditando, contemplando e identificándonos con Él.
Surya yoga es un ejercicio que puede llegar a ser muy potente para nuestro desarrollo en todos los planos, y, sobre todo, para nuestra evolución espiritual. Todo depende de la consciencia y del amor con los que recibamos el Sol.
El Sol está siempre ahí, dispuesto a dar con generosidad, sin límites (aunque a veces haya nubes que momentáneamente nos lo oculten), pero nosotros debemos abrirnos a Él con fe, con confianza, con amor y gratitud. Y plenamente conscientes.
Es maravilloso, sin duda, poder profundizar, teórica y prácticamente, Surya yoga durante varios días seguidos, en un lugar y en un ambiente adecuados. Sentiremos entonces, a medida que transcurren los días, cómo se va desencadenando progresivamente en nosotros una dinámica espiritual cada vez más intensa y poderosa.
Pero vale la pena, de todas formas, hacer el ejercicio, aunque sea esporádicamente, y aunque las circunstancias de lugar y ambiente no sean las más idóneas.
Hay que probarlo, tomarle gusto, y luego profundizar, profundizar cada vez más y mejor…