Beber la luz del Sol


"Estáis ahora en la salida de Sol y esperáis el primer rayo… Estáis vigilantes, atentos, y, cuando aparece el primer rayo, lo bebéis, lo aspiráis; así empezáis a beber el Sol. En lugar de respirarlo solamente, lo bebéis, lo coméis, y os imagináis que esta luz, que está viva, se propaga por todas las células de vuestros órganos, y que las refuerza, las vivifica, las purifica. Este ejercicio os ayuda a concentraros y los resultados son fantásticos: todo vuestro ser se estremece, y llegáis a sentir que bebéis verdaderamente la luz...

Cuando Zaratustra le preguntó a Ahura Mazda cómo se alimentaba el primer hombre, éste le respondió: “Comía fuego y bebía luz.” ¿Por qué no aprendemos también nosotros a comer fuego y a beber luz para volver a la perfección del primer hombre?

Aprended a alimentaros de luz, porque detrás de esta luz se encuentran las más grandes bendiciones. Os sentiréis entonces tan ricos que empezaréis a amar a todas las criaturas. "

Omraam Mikhaël Aïvanhov