Conferencias y reuniones
/ La Enseñanza / Métodos y prácticas / Conferencias y reuniones
Numerosas conferencias grabadas transmiten la Enseñanza en su integridad, permitiéndonos saborear la atmósfera excepcional creada por el Maestro. Cuando llegaba a la gran sala se le proponían algunas líneas sobre un tema determinado. Por esta razón empezaba leyendo este texto. Luego desarrollaba el tema, completamente improvisado (se trata pues de una exposición y no de un diálogo).
Al mismo tiempo, parecía dirigirse personalmente a los hermanos y hermanas presentes, aportando respuestas a sus preocupaciones internas.
A lo largo de sus conferencias, el Maestro utilizaba todos los temas para recordar los principios de la Enseñanza, pasando del análisis a la síntesis con una soltura, una lógica, una sutilidad deslumbrantes.
¡Y no nos llevemos a equívoco! Aunque el pedagogo tratara de despertar a su público con una buena historia inesperada, o aún cuando se extendiese en un detalle, su proceder era metódico y su mensaje de una claridad divina.
Aún hoy responde a todas las interrogantes y sus conferencias grabadas entre 1960 y 1985 siguen siendo de una asombrosa actualidad.
Escuchar conferencias
Esta actividad no es un fin en sí mismo, sino un medio, una base de partida, una rampa de lanzamiento para realizar el verdadero trabajo. Es evidente que escuchar, aprender, no sirve para nada si los conocimientos no se aplican, no se viven. Venir pasivamente a retener conferencias en la memoria sin utilizarlas de forma práctica constituye un gasto inútil de tiempo y de energía. El saber que no implica poder no es saber. Ahora bien, el verdadero poder reside en la transformación de uno mismo. Si cada uno se mejora, toda la humanidad progresa y se perfecciona.
Los límites de la instrucción actual (Pensamiento del 2 de octubre de 2002)
Evidentemente la instrucción es muy útil porque permite una situación de prestigio, autoridad, dinero. Pero por muchos conocimientos que acumuléis sobre matemáticas, historia, medicina, etc. éstos no os transformarán: si sois miedosos, sensuales, coléricos, egoístas, seguiréis siendo miedosos, sensuales, coléricos, egoístas. Ninguna universidad os proporcionará una enseñanza sobre las leyes que rigen el mundo moral, sobre la cuestión del más allá, la vida después de la muerte, la reencarnación. Así, aunque seáis una enciclopedia viviente, como ignoráis todos estos temas tan esenciales, no podéis tener la esperanza, ni la convicción, ni la fuerza de voluntad necesarias que os permitirían transformarsos. Mientras que si se os enseña que las leyes morales equivalen, en el plano psíquico, a las leyes de la naturaleza, que las almas siguen viviendo en el otro mundo y que luego se reencarnan, ante estas revelaciones no podéis seguir siendo los mismos, os veis obligados a estar más atentos a vuestro comportamiento externo e interno.
Por qué seguir una enseñanza espiritual (Pensamiento del 9 de febrero de 2003)
«Mucha gente pregunta ¿para qué sirve hacer esfuerzos por cambiar de vida? ¿Por qué seguir una enseñanza espiritual?... Las condiciones de la existencia son tales que continuamente nos vemos obligados a hacer concesiones para vivir en sociedad. En la familia, con los amigos, en el trabajo, si empezamos a destacar por una visión del mundo, un comportamiento diferentes, enseguida nos aislamos… ¡Los problemas que hay que afrontar son ya tan complicados! ¿por qué complicarlos aún más?» ¡Cuántas veces he oído este tipo de reflexiones! ¿Qué responder a esto? Las personas que sostienen razonamientos semejantes revelan simplemente que no han comprendido verdaderamente la utilidad y la eficacia de una enseñanza espiritual. Una enseñanza espiritual nos da criterios y métodos para afrontar todas las condiciones de la vida, tanto las fáciles como las difíciles, ya que incluso la facilidad puede ser una trampa cuando no se tiene la luz, cuando no se conoce la dirección a seguir. Nada puede justificar a aquél que no quiere hacer esfuerzos para avanzar cada vez más lejos en el camino de la luz.